El nombre de Christian Bale en el mundo del cine no solo ha dejado una gran huella en su país de origen, Reino Unido, sino en todo el mundo pues a pesar de contar con múltiples personajes que le han valido ganar dos Globos de Oro, dos premios del SAG y un Oscar a Mejor actor de reparto por The Fighter, el mundo lo recuerda por haber sido uno de los mejores intérpretes de Batman, considerado así por la crítica y los fans. Sin embargo el arduo trabajo que imprime en sus personajes para “habitar” su piel a veces llega al extremo al bajar y subir tanto de peso que incluso ha estado cerca de arriesgar su propia vida.
Se le considera uno de los actores del estilo de “método” más importantes de su generación, debido a su intensidad y a las transformaciones radicales de su cuerpo en diversos papeles, en 10 de ellos realizó estos cambios drásticos de peso, algo que fue duramente criticado por nutriólogos de todo el mundo. El “método” consiste en un conjunto de técnicas y ensayos que buscan fomentar actuaciones teatrales sinceras y emocionalmente expresivas, formuladas por diferentes profesionales del teatro, algo que puede llegar a sonar como sencillo pero es mucho más complejo de lo que la teoría puede dejar entrever.
Estas técnicas se basan en el sistema Stanislavski, desarrollado por el actor y director ruso Konstantin Stanislavski y dejado por escrito en sus libros Un actor se prepara (1936), La construcción del personaje (1948) y Creando un rol (1957). Lo cual nos permite hablar sobre la importancia que el “método” tiene en la vida personal y profesional de Christian Bale pues a lo largo de los años ha perdido y ganado aproximadamente 275 kilos (al sumar las pérdidas y ganancias de kilos de 10 películas), disputándose con Matthew McConaughey el puesto del actor con cambios más drásticos y cuestionables de la industria de Hollywood.
Así nació una estrella
Nacido el 30 de enero de 1974 en Haverfordwest, Pembrokeshire, su interés por el mundo de las artes en cualquiera de sus ramas se vio reflejada desde que era solo un niño, pues con muy corta edad se entrenó en ballet, actividad física que más allá de permitirle tener una gran condición física también le ayudó a tener una mayor capacidad emocional para poder darle vida a un personaje, razón por la cual obtuvo su primer papel como actor a los ocho años en un comercial del suavizante de telas.
Ese solo sería el inicio de un carrera exitosa que prometía superar toda expectativa pues para su juventud, tenía sólo 13 años cuando debutó en el cine de la mano del director Steven Spielberg en el filme Empire of the Sun (1987), al pasar un casting de más de 4000 niños, según informó la casa productora de la cinta, Warner Bros, y pronto se vería lo acertado de la elección cuando la actuación de Bale como el chico James fue elogiada por los críticos de cine profesionales.
“American Psycho”: el primer reto físico en su carrera profesional
Para el año 2000 Christian Bale ya había rodado 14 cintas, entre las que destacan Retrato de una dama, Pocahontas y Sueño de una noche de verano, sin embargo protagonizar American Psycho se convirtió en el primer gran reto además de profesional, físico, pues su personaje es un ejemplo claro del “yuppie neoyorquino y su vida no parece excitarlo demasiado hasta que descubre su gusto por la sangre. Entonces, todo cambia: Patrick se convierte en un asesino en serie y nadie sospecha de él debido a su estatus social”, se describe en la sinopsis oficial de la película.
Le “costó la vida”, contó el actor en una entrevista con The Guardian, donde también aseguró que quedó fascinado por el mundo de las dietas y los gimnasios. Para estar en una condición física óptima, Bale suprimió los hidratos de carbono de su alimentación y se centró en las proteínas. También trabajó a conciencia la parte superior del cuerpo y acabó teniendo unos brazos y abdominales cincelados. Un resultado reflejado por completo en la pantalla grande y que posiblemente fue su primera gran impresión de lo que podía lograr en un personaje al someterse por completo a una rigurosa rutina donde su fuerza mental podía ser mayor que cualquier otra cosa.
Durante todo lo que duró el rodaje, Christian Bale siguió la rutina que seguía Patrick Bateman, es decir, hielo para bajar la hinchazón de los ojos, mascarillas faciales de menta, exfoliantes de miel, loción limpiadora de poros y muchos tratamientos cosméticos más. La transformación física también afectó a su rostro, ya que tuvo que visitar a un dentista para eliminar el espacio entre sus dientes frontales: “Me gustaban mis antiguos dientes, pero con Batman el físico es más importante que con otros personajes. Él es increíblemente narcisista”, contó al medio Insider.
27 kilos menos con “El Maquinista”
En el año 2004 se estrenó The Machinist, la cual se centra en la historia de Trevor Reznik, un mecánico que trabaja como operario en una fábrica. A pesar de que fue bien recibida por la crítica, pues el 76% de 138 exámenes críticos fueron positivos, el asombro no fue precisamente por su drama o el resto de las actuaciones de actores como Jennifer Jason Leigh -Stevie-, John Sharian -Ivan- Aitana Sánchez-Gijón -María- o Michael Ironside -Miller-, sino por los 27 kilos que perdió el actor para interpretar su personaje.
¿La razón de la pérdida de peso más dramática, posiblemente, de Hollywood en las últimas décadas? Su personaje era un hombre con insomnio que empieza a alucinar, llegando a pesar tan solo 54 kg. Como si haber perdido todo eso no fuera ya algo extremo, tiempo después se filtró aún más información: quería llegar a los 45 kg, pero los directores se lo prohibieron en favor de su salud.
Lo consiguió gracias a la dieta de la manzana y el atún, los únicos alimentos que consumía -y café negro- día tras día. El consumo calórico del actor era de entre 50 y 250 calorías al día, algo que definitivamente era más que perjudicial para su salud pero que en ese momento era entendido por su gran amor al cine.
De ser un hombre extremadamente delgado a consagrarse como The Batman
No pasó ni un año cuando otro gran cambio físico ocurrió: de quedarse en 54 kg midiendo 180 centímetros hizo la prueba para convertirse en el nuevo héroe enmascarado y rey de Ciudad Gótica , lo que requirió que ganase 45 kg de puro músculo en seis meses, sí, solo en medio año.
Batman Begins -titulada Batman inicia en Hispanoamérica- fue el inicio de su participación en una de las trilogías más queridas pero polémicas del hombre murciélago: “Tenía mucho trabajo por hacer porque Batman es uno de esos papeles para los que tienes que estar en buena forma. Cuando llegué a Inglaterra, Chris Nolan me miró impactado: ‘¡Dios, eres como una especie de oso pardo!’. Sin embargo, no estaba en buena forma física”, expresó en una entrevista con Femme Fatales en 2006.
Es muy importante señalar que la saga de Nolan se compuso de tres películas, por lo que cada par de años Bale tenía que volver a ganar músculo y, una vez terminado el rodaje, perderlo para su siguiente rodaje, sometiéndose al menos para este mismo personaje en tres ocasiones a drásticos cambios físicos que a largo plazo no fueron muy beneficiosos para su salud.
Aunque en entrevista para People señaló que la cantidad final de peso obtenido y perdido fue de 275 kilos (sumando 10 películas), no detalló absolutamente todos los movimientos, aunque es de dominio público que para The Fighter bajó 13, en La gran estafa americana ganó 20, su actuación en El vicio del poder le costó 18 extras y finalmente en Le Mans ‘66 y se vio obligado a perder 31, posiblemente su último gran movimiento, pues reflexionó que pondrá mayor atención a su salud, lo que le podría generar diversas enfermedades.