Los Momentos Más Insólitos de la Coronación de Carlos III y Camila

Carlos III y su esposa Camila ya están coronados. La ceremonia ha acogido a más de 2000 mil invitados en la abadía de Westminster. Después, y como indicaba el protocolo, los reyes de Inglaterra se asomaban al balcón del palacio Buckingham para saludar a los ciudadanos que los esperaban, a pesar de la lluvia.

Aunque el histórico evento ha estado marcado por el rígido protocolo que requieren actos de esta envergadura, también ha contado con episodios divertidos, anécdotas curiosas y hasta situaciones surrealistas.

Los bostezos y las muecas del príncipe Louis:

En medio de la solemne cita real, el pequeño, famoso por sus gestos y espontáneas reacciones en público, ha vuelto a convertirse en el centro de todas las miradas por sus bostezos de sueño (o aburrimiento) y sus pícaras miradas a un lado y al otro. La imagen ya ha dado la vuelta al mundo y añadido este toque de humor tan ausente en este tipo de escenarios.

La aparición exprés de Harry sin Meghan Markle, relegado a la tercera fila

Sonriente y tranquilo. Así llegó el hijo pequeño del rey a la coronación de su padre. Eso sí, fue visto y no visto. Nada más acabar el evento, Harry salió disparado de vuelta a casa para celebrar el cumpleaños de su hijo Archie, quien, curiosamente, cumple el mismo día. Sus fuertes confesiones en sus memorias, Spare, sumado a la entrevista con Oprah Winfrey no le convierten en una persona demasiado grata en palacio. Su presencia fue relegada a la tercera fila, detrás de su tía, la princesa Ana, y entre Jack Brooksbank, marido de su prima Eugenia, y la princesa Alexandra, prima de su abuela, la reina Isabel II. Las cámaras le enfocaron lo justo.

Raúl de Molina muestra el lado menos bonito de la coronación

Todo fue planificado a la perfección y así mismo salió. No había margen de error y, por lo general, se cumplieron los tiempos, los protocolos y todo lo que implica una celebración de este calibre. Las cámaras oficiales se enfocaron en lo bonito pero, fuera de la abadía y el palacio, hubo situaciones no del todo cómodas que Raúl de Molina mostró para El gordo y la flaca. Las protestas no faltaron ni tampoco los reproches a un rey que durante los últimos años ha perdido una gran parte de la credibilidad y el apoyo ciudadano. Así lo compartió, con todo el humor, el conductor cubano, quien se encuentra reportando este gran día para la corona británica.